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lunes, 14 de marzo de 2016

CUIDADO DE TU HUERTO

Tareas básicas para mantener tu huerto en macetas con buena salud
Aireado
Cada 15 días remueve ligeramente la superficie del sustrato de las macetas para romper la costra y aflojar un poco sin dañar las raíces.
Cuando la tierra de las macetas está muy apelmazada, lo mejor es coger un tenedor y remover la tierra. Con esta operación facilitarás la penetración del agua de riego y las plantas se desarrollarán mejor.
Una manera de oxigenar la tierra y aportarle nutrientes es echando una o dos lombrices en la maceta.
Limpieza
Si tus plantas tienen hojas polvorientas, dales una ducha pulverizando agua o límpialas con un trapo húmedo.
Si tiene manchas producidas por la cal del agua, frótalas con un paño humedecido en vinagre y luego acláralas rápidamente con agua mineral, agua destilada o de lluvia.
Finalmente, retira flores a medida que se vayan marchitando y hojas secas.
Cambio de maceta

Cada año o cada dos años, según la especie, cambia la maceta por otra un poco más grande. Esto provocará un crecimiento frondoso, puesto que con más volumen de tierra, más crecerá.
Cambia la maceta por una más grande cada año o cada dos años o bien recorta las raíces cuándo ya está muy crecida y quieres mantenerla con un determinado tamaño.
Una maceta grande estimula el desarrollo de las raíces y, por consiguiente, un mayor crecimiento.
Si quieres darle brío a una planta, cambia a una maceta mayor con tierra nueva.
Las plantas de tamaño grande en macetas pequeñas limitan su crecimiento y, si no las transplantas a un recipiente mayor, podrían incluso morir.
Mantener la calidad del sustrato
En un huerto urbano 100% ecológico, la elección del sustrato es fundamental. Una opción es combinar humus de lombriz (40%) con fibra de coco (60%) y remover bien. Con la fibra de coco buscamos una textura porosa para que así las raíces puedan alimentarse, y por lo tanto crecer, con todo su potencial.
Las plantas en maceta requieren buenos sustratos, mezclarle algo de arena y un buen drenaje, por ejemplo, en el fondo, pon unos trozos de tiestos rotos  para que no se obstruya el agujero.
No emplees tierra de jardín como sustratos para macetas porque contiene mucha arcilla, se compacta, lleva hongos y malas hierbas. Compra sustratos de calidad.
Perlita, fibra de coco, arena o corcho triturado mezclado cualquiera de ellos con el substrato son materiales que proporcionan aireación y además hacen volumen, ahorrando así dinero en sustratos.
Casi siempre será una buena medida mezclar perlita con el sustrato que compres. Proporcionará aireación y retención de agua. Otro material muy bueno para mezclar en sustratos es la fibra de coco. Un ejemplo bueno sería: turba + fibra + perlita, los tres a partes iguales.
Si no encuentras ni perlita ni fibra de coco, usa para airear el sustrato de los contenedores arena de río gruesa lavada o corcho blanco picado.
No olvides depositar en el fondo de la maceta o jardinera, sobre los agujeros, grava, arcilla expandida, trozos de cerámica rota, etc.; de esta forma no se atascarán los agujeros de drenaje.
Si tienes macetas en la ventana, pon una capa de gravilla sobre la tierra para que la lluvia no salpique los cristales.
Si no cambiaste la tierra de la maceta en los dos últimos años, sustituye los primeros centímetros de sustrato por uno nuevo. Pero lo ideal, es cambiarla a otra maceta un poco mayor aportando sustratos frescos y ricos.
 
La espinaca, Spinacia oleracea, es una de las hortalizas de hoja verde que más se cultiva en todo el mundo, aunque originariamente proviene de Asia. Es una planta anual que pertenece a la familia de las Quenopodiáceas (igual que la remolacha o betabel y las acelgas).
Hay muchas variedades diferentes de espinacas, las hay con las hojas más o menos carnosas, lanceoladas, en verdes más oscuros o más claros, con las hojas más redondeadas o puntiagudas, de ciclo corto o de ciclo tardío, etc. Te recomiendo que busques las que tradicionalmente se han cultivado en tu zona, para que así estén mejor adaptadas al clima y sean más resistentes. En general suele llegar a medir los 30 cm de alto.
Ya sea en un terreno o en el huerto urbano en macetas, te animo a que siembres tu propia espinaca ecológica u orgánica, es poco exigente y puede ser una buena forma de iniciarse en la horticultura ecológica.
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El cultivo ecológico de la espinaca (Spinacia oleracea):

Para sembrar la espinaca se deben dar una serie de condiciones para obtener buenas cosechas.
El clima más conveniente para el buen crecimiento de las espinacas es templado y fresco, en concreto entre 10 y 18ºC, aunque dependiendo de la variedad serán más o menos resistentes a altas temperaturas o incluso a heladas. Para la germinación de las semillas la temperatura debería estar en torno a los 20 ºC.
Las espinacas se pueden sembrar a voleo o en hileras a partir de febrero y hasta abril o de agosto a octubre. En unos 4 a 15 días las semillas germinan, siempre y cuando no estén a menos de 10ºC, aunque la temperatura óptima sería de 15ºC.
En cuanto a la asociación de cultivos, las espinacas se pueden sembrar en el huerto con otras plantas como lechugas, zanahorias, rábanos, coles, patatas, sandía, pepinos, melón, calabaza, calabacines o judías.
Para el cultivo de las espinacas el terreno en el que vamos a sembrar o trasplantar las plántulas (una vez las plántulas alcancen los 10 ó 15 cm de alto) debe ser profundo, estar bien aireado, con buen drenaje para evitar el encharcamiento del agua y ricos en materia orgánica y nitrógeno.
Como la espinaca es un cultivo relativamente exigente en cuanto a suelos ricos, si la tierra no es lo suficientemente rica en materia orgánica antes de la siembra aplicaremos compost, estiércol, humus de lombriz, etc. y posteriormente, una vez que las plántulas miden 15 cm, se pone el acolchado.
En cuanto a los riegos, las fases que más agua requieren son, principalmente, la germinación y las primeras semanas de crecimiento.
Las plagas y enfermedades de la espinaca son principalmente el pulgón, mildiu y caracoles o babosas. Aquí puedes encontrar mucha información sobre cómo evitarlas y combatirlas de forma ecológica.
Aproximadamente a los 60 días después del cultivo ya podremos empezar a cosechar la espinaca.
Para ver cómo cultivar otras hortalizas mira aquí
 

El cultivo ecológico del tomate en macetas

tomatesmacetohuerto

Cultivados en el huerto de casa o en el del vecino del pueblo, o incluso en el balcón, los tomates nos dan lo mejor de sí mismos cuando han madurado al sol en la propia planta.
Disponer de un espacio donde cultivar nuestros alimentos empieza a valorarse como un elemento que puede ofrecernos una mayor calidad de vida, aunque resulta triste observar cómo la mayoría de horticultores, ya sean aficionados o profesionales hacen un uso indiscriminado de abonos químicos, insecticidas y herbicidas para cultivar unas simples matas de tomates, cuando podría hacerse fácilmente utilizando técnicas ecológicas siempre más respetuosas con la salud y el medio ambiente.
Siguiendo estas sencillas pautas podremos obtener de manera sencilla una abundante cosecha de tomates que nos permitirá alimentar a unas 5 personas.
El semillero: el semillero se realiza en Febrero-Marzo de forma protegida, puesto que las semillas necesitan cierta temperatura para germinar y desarrollarse, para ello podemos preparar una sencilla estructura con plástico en un lugar protegido y soleado de nuestro huerto o jardín o incluso podemos realizar el semillero en el alfeizar de una ventana bien soleada. Lo ideal es utilizar semillas de una variedad autóctona de tomate puesto que las plantas autóctonas han evolucionado con su medio durante años. Esto ha hecho que tengan capacidad para responder a cambios en el medio de forma bastante rápida y ya están acostumbradas a las adversidades típicas de la zona. Una vez las plantas tienen unos 15-20 cm podemos realizar el trasplante al terreno definitivo que se realizará en Abril – Mayo dependiendo de la climatología de la zona puesto que las plantas de tomate son sensibles a las heladas (consejos para protegerlas). El marco de plantación será de 50-60cm (entre plantas)x 70cm (entre filas)
LABORES DE CULTIVO:
Abonado: a las tomateras les encanta el compost fresco que podemos obtener nosotros mismos de manera sencilla a partir de los restos orgánicos del jardín (podas y césped) junto con los restos de comida de nuestro domicilio. En el caso de no tener nuestro propio compost podemos emplear humus de lombriz comercial que se puede adquirir en cualquier tienda de jardinería.
Poda: Es fundamental realizar una buena poda de las tomateras para que la planta esté bien ventilada y no tengamos problemas de hongos. La poda se debe efectuar a última hora de la mañana, cuando las plantas estén bien secas, se realiza eliminando el brote que sale en la axila de las hojas, cuando éste tiene unos pocos centímetros, si esperamos a que crezca demasiado estaremos provocando una herida demasiado grande en la planta por lo que será más sensible al ataque de hongos.
Entutorado: las plantas de tomate necesitan un soporte para crecer verticales, para ello podemos emplear estacas o cañas que sirvan de soporte a las que sujetaremos las tomateras.
Aporcado: es una técnica que consiste en arrimar tierra al tallo de las plantas, de esta manera aprovechamos la capacidad de emisión de raíces por el tallo de las tomateras lo que permitirá que la planta quede mejor anclada al suelo además de tener una mayor capacidad para nutrirse.
PLAGAS Y ENFERMEDADES: el tomate no es un cultivo especialmente sensible a las plagas, aunque sí a las enfermedades producidas por hongos. Entre las plagas y enfermedades que pueden atacarlo destacan:
Pulgón: no es una plaga excesivamente peligrosa por los daños directos que produce sino por que es un vehículo de transmisión de virosis, si el ataque es leve puede controlarse pulverizando la planta con una infusión de ajo 2 veces por semana, si el ataque es más serio, es necesaria la pulverización con jabón de potasa
Mildiu: es el principal problema con el que podemos encontrarnos al cultivar tomates, es una enfermedad producida por un hongo cuyos síntomas podemos observar por la aparición de manchas de color marrón-amarillo conocidas como manchas de aceite en las hojas, las cuales a demás empiezan a enrrollarse . podemos prevenir esta enfermedad mediante la pulverización semanal de las plantas decocción de cola de caballo.
Siguiendo estas pautas podremos obtener una abundante cosecha de sanos y sabrosos tomates de cultivo ecológico que nos permitirá tomar tomates frescos durante el verano e incluso abastecernos de una sabrosa conserva de tomate con aquellos que no podamos consumir en fresco.
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Rocío Priegue. Agricultora ecológica

Cultivar guisantes en maceta

green pea

Con el mes de octubre, siguiendo nuestro calendario de cultivos, entramos de lleno en la temporada de siembra del guisante. Esta semilla comestible pertenece a la familia de las leguminosas. Es una de las hortalizas más antiguas de la cultura europea. Se han encontrado guisantes en excavaciones arqueológicas de 9.000 años de antigüedad. Los antiguos griegos y romanos los cultivaban y consumían habitualmente.
Existen diferentes variedades, todas ellas son anuales. Para el macetohuerto, mejor elegir los de mata baja, bien de vaina redonda, de la que se extraen los guisantes, bien los llamados tirabeques, de vaina tierna, que se recoge cuando los guisantes aún están tiernos en su interior y se come entera. Los de mata alta, pueden llegar a medir hasta 3 metros. Los de mata baja, no llegan a medir más de un metro. Por eso quizá sean los más apropiados para nuestros huertos urbanos.
El guisante no es amigo de temperaturas extremas, no le gustan los calores del verano ni las heladas en invierno, se desarrolla muy bien con frío moderado y húmedo. Si en vuestra localidad hiela, es conveniente proteger las plantas con un plástico.
La siembra del guisante puede hacerse directa o por plantel. Únicamente hay que tener la precaución de poner las semillas en remojo la noche anterior. Hay que tener en cuenta que es una planta trepadora, por lo que necesitará tutores para guiar su crecimiento. No es necesario atar la planta al tutor, pues es trepadora y sus zarcillos irán enredándose en él conforme crezca.
No es muy productiva y necesita bastante espacio de suelo (50 x 50 cm). En macetas pequeñas es mejor poner 3 ó 4 semillas en un agujero centrado, a unos 4 cm. de la superficie. En jardineras, hay que intentar repartirlos según su longitud, dejando 50 cm. entre agujeros de siembra. Pondremos 3 ó 4  semillas en cada agujero, de las que, como siempre, al crecer, retiraremos las plántulas de peor aspecto dejando sólo una de ellas. Hasta que las semillas germinen, hay que regar la superficie a diario.
Respecto al riego, no es demasiado exigente, incluso prefiere los riegos copiosos y espaciados, uno por semana es suficiente, pero ante todo hay que evitar el encharcamiento. Sin embargo, cuando se abran las primeras flores, las regaremos con mayor regularidad, sobre todo si el tiempo es seco, de forma que el sustrato se mantenga húmedo.
No necesita gran aporte de nutrientes, pues, al igual que el resto de las leguminosas, los guisantes también fijan nitrógeno atmosférico.
Sabremos que ha llegado el momento de la recolección (entre 3 y 4 meses desde la siembra), cuando, tocando las vainas, se noten los granos hinchados, pero no demasiado grandes, que tengan todavía espacio en la vaina. Se recolectan utilizando una mano para sujetar el tallo y la otra para tirar de la vaina. Cuando recolectemos las primeras vainas, es importante ser regulares en el riego, no descuidar la humedad del sustrato, para estimular el crecimiento de otras nuevas.
Respecto a las asociaciones de cultivo, funciona bien con la zanahoria, el rábano, la col y la lechuga. Se debe evitar que coincidan con verduras de la misma familia como el haba y la judía. Y es perjudicial la coincidencia con el ajo o la cebolla.
Aunque no suele verse afectado por plagas, el pulgón, el mildiu y el oidio son las más comunes.
 

La actividad del huerto ecológico en Marzo

huerto_marzo
Marzo nos trae la primavera y con ella días más largos y con más luz y temperaturas más moderadas (a veces…).  Durante este mes podemos disfrutar del huerto sembrando nuevas plantas y trasplantando otras.
La primavera se acerca, llegan las temperaturas más suaves y podremos a empezar a llenar nuestro huerto de verduras. En las zonas de interior debemos tener cuidado con las heladas tardías que pueden dañar las siembras y los trasplantes. Es posible que se den temperaturas bastante suaves durante algunas semanas y que tengamos que cuidar el riego del huerto.
Debemos tener presente que Marzo es un mes inestable y de contrastes. Una forma de evitar daños es el uso de invernaderos en los que podemos mantener los semilleros y cultivos alejados de las últimas heladas. Es importante recordar que en los días con mucho sol los debemos airear para que las temperaturas no suban demasiado y dañen a las plantas.
Para zonas de clima templado, cercanas al mar, podemos empezar con planteles de especies de verano: tomate, berenjena, pepino, calabacín y pimiento. Por el contrario si estamos en una región del interior mejor, es aconsejable esperar a la segunda quincena de Marzo o inlcuso Abril, para evitar daños por bajas temperaturas que puedan traer las últimas heladas.
SIEMBRAS Y TRASPLANTES
  1. Siembra en semilleros protegidos: berenjenas, calabazas, melones, pepinos, pimientos y tomates.
  2. Siembra en semillero descubierto: acelgas, apionabos, cebollas, boniatos, coles, escarolas y lechugas.
  3. Siembra directamente en el huerto o en una maceta o container definitivo: habas, espinacas, chirivías, patatas, rabanitos, zanahorias.
Además resulta muy interesante, a modo de repelentes naturales y para atraer a polinizadores, aprovechar y sembrar plantas aromáticas que son de gran utilidad para el huerto y para aprovechar sus usos medicinales y culinarios.
Para los semilleros que hemos preparado en invierno, los podemos trasplantar a su sitio definitivo. Importante a tener en cuenta el desarrollo de la planta.  Normalmente el mejor momento para trasplantar es cuando la altura de la planta es superior a la profundidad recipiente en el que se ha sembrado. Para las plantas de hoja, esperaremos a que el plantón tenga más de 4 hojas verdaderas.
A la hora de hacer trasplantes es preferible hacerlo a última hora de la tarde, así evitaremos que las plantas sufran deshidratación y calor.
Es necesario recalcar que las hortalizas que se trasplantarán al exterior cuando llegue el buen tiempo (tomates, pimientos, etc.) y que tenemos en semilleros, deben protegerse de temperaturas bajas en interiores o invernaderos. No debemos olvidar mantenerlos aireados en los días calurosos, para evitar que las plantas sufran las altas temperaturas.
Y ya en la segunda quincena de Marzo podremos trasplantar las variedades con más resistencia (endibias, lechugas, cebollas, puerros, acelgas, etc.)
 
TAREAS BÁSICAS
Antes de trasplantar las hortalizas deberemos aportar abonos orgánicos para que la tierra tenga nutrientes para las plantas. Además, los cubriremos con plásticos mientras esperamos para la siembra o trasplante
Podemos aprovechar también para hacer el mulching o acolchado

RIEGO.
Si hemos elegido un sistema de riego por goteo, lo colocaremos antes de sembrar o trasplantar y del acolchado. En las semanas más calurosas podríamos aumentar su frecuencia. Te dejo una fórmula para hacer en casa un agua de riego que estimula el crecimiento de las plantas.
Es importante no encharcar el terreno a la hora de regar, pues contribuiría a la podredumbre de las raíces. Es necesario ir observando cómo reaccionan la planta y el terreno para ir adaptando el riego a sus necesidades. Más información sobre el riego
TRATAMIENTOS PREVENTIVOS ECOLÓGICOS
Precisamente algo que afecta a la salud de la planta es la inestabilidad de las temperaturas. Esto la va a hacer más propensas a contraer enfermedades y a las plagas. Así que a modo de prevención podemos hacer en casa un agua de riego enriquecida para fortalecer a la planta y ayudarla durante el crecimiento
Cuando veamos que empiezan a crecer las yemas, podemos aplicar un fungicida. 
Otra aplicación de aceite blanco se puede hacer cuando se empieza a formar la flor, y así combatimos pulgones, ácaros, cochinillas, minador, etc.
FUENTE:
Para hacer el aceite blanco necesitarás:
– 2 tazas de aceite vegetal
– 1/2 taza de jabón líquido puro
– Frasco vacío o botella de boca ancha
– Botella con pulverizador
Verter el aceite vegetal y jabón líquido en una botella o frasco y agitar hasta que la mezcla se vuelva blanco. Este es el aceite blanco y concentrado para usarlo, que necesita ser diluido con agua.
Para usarlo, añadir 10 ml por litro de agua (dos cucharadas por litro de agua), poner en una botella de spray, agita bien. Ahora puedes rociar tus plantas o árboles. Pulverizar a última hora de la tarde. Almacena en un lugar fresco y seco, la vida útil es de aproximadamente tres meses desde el día que se hace.











Recuerda que puedes consultar el Calendario de Siembra y Cosecha

 
 

HUERTOS URBANOS

Puede que hayas oído hablar de los huertos urbanos y te estés planteando montar un huerto en tu terraza. Sin embargo, es posible que te venga a la cabeza un huerto tradicional y te surjan dudas sobre los resultados que puedes obtener y qué tipo de hortalizas pueden cultivarse con éxito en una terraza.
Las hortalizas cultivadas en un huerto en terraza deben plantarse en maceta, jardinera o algún otro contenedor. Esto provoca diferencias importantes entre el huerto en terraza y el huerto tradicional que debemos tener muy en cuenta al crear un huerto en nuestro balcón o terraza:
 1. Espacio para las raíces: En el huerto en terraza, las raíces de las hortalizas se desarrollan en un espacio limitado por el tiesto lo que disminuye su crecimiento. Una vez que las raíces llegan al fondo de la maceta, comienzan a crecer en forma de espiral.
2. Crecimiento de tallos, hojas y frutos. Las hortalizas del huerto en terraza experimentan un menor crecimiento de sus tallos, hojas y frutos debido a su mecanismo interno para mantener un equilibrio entre sus raíces y sus hojas. Como sus raíces son más pequeñas absorben menos nutrientes y por lo tanto, la planta crecerá menos, aunque la abonemos o reguemos abundantemente.
3. Reservas de agua y nutrientes. La tierra contenida en una maceta es limitada por lo que la cantidad de agua y nutrientes disponibles para las hortalizas del huerto en terraza es menor que en el huerto tradicional. Esto hace que debamos regar y abonar el huerto en terraza con más frecuencia.
4. Protección contra el frío y el calor. La tierra de las macetas del huerto en terraza se enfría rápido en invierno pudiendo llegar a helarse. A su vez, el calor calienta fácilmente la tierra en verano. Por ello, en el huerto en terraza debemos proteger las macetas con materiales aislantes y colocarlas en lugares resguardados.
5. Pérdida de nutrientes. El riego y el calor al que se ve sometidas las macetas en el huerto en terraza favorece la descomposición de la materia orgánica contenida en la tierra. Para mantener la fertilidad de la tierra debemos abonar con frecuencia la tierra y sustituirla completamente al final de cada temporada.
Cuando cultivas en macetas o containers debes tener en cuenta estas cuestiones y que así cada planta tenga las condiciones más idóneas para su correcto desarrollo.
Conoce consejos sobre cómo empezar y mantener un huerto en parcela o en macetas pinchando AQUÍ

AGUA EN LAS PLANTAS

EFECTOS DEL AGUA SOBRE EL RENDIMIENTO DE LOS CULTIVOS
 
Las relaciones que se establecen entre cultivo, clima, agua y suelo son complejas, estando involucrados muchos procesos biológicos, fisiológicos, físicos y químicos. La relación entre el rendimiento del cultivo y el suministro de agua puede determinarse cuando es posible cuantificar, por una parte, las necesidades de agua del cultivo y los déficits de agua, y por otra, el rendimiento máximo o potencial del cultivo y el rendimiento real. Los déficits de agua de los cultivos tienen un efecto sobre la evapotranspiración y, por lo tanto, sobre los rendimientos.
Cuando no se atienden completamente las necesidades de agua de los cultivos, el déficit de agua en las plantas puede llegar hasta el punto de que se vean afectados el crecimiento y los rindes. La manera en que el déficit de agua afecta el rendimiento varía con la especie considerada y con el período vegetativo.
El efecto del agua sobre los rendimientos se cuantifica mediante un factor de rendimiento que relaciona la disminución de los rindes con el déficit hídrico. En general, la disminución del rendimiento se hace proporcionalmente menor al aumentar el déficit de agua para cultivos como la alfalfa, el algodón y el sorgo, mientras que se hace proporcionalmente mayor para cultivos tales como el maíz            

El arte del buen riego está unido a las técnicas de laboreo más sostenibles.
El agua es uno de los elementos esenciales e imprescindibles para las plantas y el resto de seres vivos junto al aire, la tierra y la energía de la luz y del calor. Cumple múltiples funciones vitales para el buen desarrollo de las plantas, ya que hace posible la dilución de minerales, ácidos húmicos y nutrientes, permitiendo su transporte a través de los conductos aferentes (ascendentes) y deferentes (descendentes) en forma de savia bruta o de savia elaborada. La presencia de agua juega un papel vital en la elaboración de la savia, ya que mediante la magia de la fotosíntesis, las hojas absorben energía solar, desdoblan moléculas y generan enlaces bioquímicos en los que unen moléculas de carbono atmosférico con moléculas de hidrógeno del agua, produciendo los nutritivos hidratos de carbono, que son la base del aporte energético en nuestra alimentación. Podríamos concluir que, gracias al agua y al aire, nos alimentamos de energía solar.
Observamos cómo las plantas que se desarrollan en tierras áridas, donde apenas llueve –o en huertos donde, aparte de no llover, no se riega–, crecen muy lentamente, son fibrosas, duras y sus hojas tienden a ser pequeñas y puntiagudas, para evitar evapotranspiración. En cambio, donde llueve con regularidad o se riega frecuentemente, las plantas crecen exuberantes y sus hojas son anchas, planas y jugosas. En la práctica, el exceso de agua y riegos producen plantas y frutos con mayor proporción de agua y menor concentración de nutrientes, por lo que es importante aprender a encontrar el equilibrio en el riego y la hidratación de las plantas cultivadas.
Según el clima
Allí donde la naturaleza es generosa y llueve con regularidad, no nos preocuparemos demasiado del riego; quizás el problema sea propiciar un buen drenaje de la tierra, ya que el encharcamiento de agua a nivel de las raíces impide la presencia de aire en la tierra y provoca la asfixia de las plantas.
Donde las lluvias sean escasas o irregulares, nos veremos obligados a disponer de sistemas de riego. Para ello, en un pequeño huerto, puede bastarnos una regadera o una manguera, aunque con ellas a menudo sólo conseguimos un riego de las capas superficiales. Los huertos más grandes pueden regarse por inundación, por aspersión o por riego localizado con mangueras de goteo o de exudación.
La experiencia y el ahorro de agua que se consiguen nos llevan a recomendar los sistemas de riego localizado con mangueras de riego por goteo o exudación, ya que aparte de gestionar mejor el agua disponible, permiten la conexión de programadores automáticos de riego, con los que podemos dosificar la cantidad de agua y la periodicidad de los riegos.
Además, las técnicas de laboreo que empleemos serán decisivas en las necesidades de riego e hidratación ya que, si cultivamos a tierra desnuda, se produce una constante evaporación y, en cambio, con técnicas de cultivo en las que recurrimos a los acolchados orgánicos o removemos frecuentemente la capa superficial de la tierra –para romper los capilares–, evitamos evapotranspiración y reducimos la periodicidad del riego. El dicho popular afirma que una escarda vale por dos riegos, pero un buen acolchado, vale por cuatro.
Periocidad en los riegos
La frecuencia o la periodicidad del riego variará en función de si la tierra es más arcillosa –retiene el agua– o arenosa –drena más–, de la estación del año, de si hace sol o viento –resecan la tierra y deshidratan las plantas– y de las especies o variedades de plantas cultivadas.
Tantas variables pueden resultar complejas y asemejarse a una quiniela, aunque lo importante es conseguir una regularidad de riego, sin encharcamientos de agua, ni que pasen sed (estrés hídrico). Para ello, aparte de un buen sistema de mangueras de riego por goteo o de exudación y un programador automático, podemos ayudarnos de un higrómetro, que mide la humedad de la tierra. El dispositivo tiene una varilla que mide la humedad en su punta, por lo que vamos clavándola poco a poco y observamos el nivel de humedad en las diferentes capas de la tierra, ya que puede parecer bien regado en la superficie y, en el fondo, estar seco o, al revés, parecer la tierra seca y abajo estar empapada de agua, provocando asfixia en las raíces.
Calcular el tiempo de riego
Con las mangueras de goteo o exudación, es difícil calcular el tiempo ideal de riego, puesto que, aparte de si la tierra drena más o menos y de la estación del año –seca o lluviosa–, cada modelo de manguera y de goteros, y también en función de la presión del agua, puede dejar salir de 2 a 6 litros de agua por cada hora de riego. En condiciones normales las plantas necesitan aproximadamente 1 litro de agua por día, excepto algunas, poco exigentes, a las que les basta con ½ litro de agua por día o menos, o las más exuberantes, que pueden absorber o evaporar de 2 a 3 litros día.
Lo ideal es mantener una hidratación regular de la tierra y que la planta absorba lo que precise. Pero como son muchas las variables que intervienen, podemos calcular aproximadamente el tiempo de riego en nuestro huerto colocando una manguera de goteo o de exudación sobre un espacio de tierra seca y abrir el paso de agua; vemos cómo van saliendo las gotas de agua y cada 5 minutos vamos clavando el higrómetro en diferentes profundidades, observando la velocidad de penetración y el empapado de agua de la tierra. Cuando la humedad llegue a los 25 cm de profundidad, contamos el tiempo que ha tardado (15, 20, 30, 45 minutos o más) y sabremos el tiempo ideal de riego en nuestro huerto.
Regar durante periodos de más tiempo es desperdiciar agua, ya que la mayoría de raíces de las hortícolas no alcanzan dicha profundidad.
También podemos hacer un cálculo aproximado con un sencillo sistema: colocar una jarra o una botella de litro debajo de un gotero abierto y calculando el tiempo que tarda en llenarse. Como la cantidad de agua por riego conviene que sea de 1 a 2 litros, calculamos lo que tarda en llenarse ese volumen y ese es el tiempo de programación del programador de riego.

SUSTRATOS
Sustrato es el elemento o conjunto de elementos sobre los que las plantas sitúan sus raíces, sirviendo de elemento estabilizador y anclaje en la tierra y como almacén de nutrientes. En un cultivo hidropónico (aquel en el que se alimenta a la planta a través de agua con nutrientes y NO se alimenta de la tierra) digamos que solo tiene función estructural. El sustrato puede ser muy variado y con características muy diferentes en relación al material o materiales que empleemos para este fin. En la naturaleza el sustrato correspondería normalmente a la tierra del suelo.
Hay que tener en cuenta que para un cultivo de hortalizas en maceta, el sustrato que escojamos tiene una importancia vital, debido a la limitación espacial del recipiente, rara vez podrán expandir sus raíces como lo harían en el suelo. Además, el sustrato que escojamos debe ser poroso y retener el agua, además de los nutrientes.
Para entender mejor sus características debemos fijarnos en sus propiedades:
-Porosidad: es el espacio entre las partículas del sustrato. Una porosidad elevada favorece el crecimiento de las raíces.
-Retención de agua: Depende de los microporos del sustrato, los cuales retendrán el agua hasta que la planta la consuma o ésta se pierda.
-Aireación: depende de los macroporos, los cuales permiten la circulación del aire y el agua, permitiendo la respiración de la raíces.
-El pH: Mide la concentración de iones de hidrógeno en la solución acuosa del sustrato. Tiene valores entre 0 y 14, en el que 0 es muy ácido, 7 neutro y 14 muy básico. Lo ideal es tener un pH que ronde 7, para asegurarnos que las plantas puedan asimilar bien los nutrientes.
-Almacén y aporte de nutrientes: La capacidad de almacenar nutrientes y de ir liberándolos poco a poco.
Y según algunos autores también incluiremos la ligereza, ya que en un cultivo en maceta el peso de ésta puede llegar a ser muy importante.
Lo ideal para un sustrato, según diferentes autores, es que sea ligero, con un buen almacén y aporte de nutrientes y cuya relación entre micronutrientes y macronutrientes este equilibrada. Esto dependerá del material o materiales que empleemos como tierra para nuestras plantas. Los más comunes son:
-Sustrato universal: De fabricación normalmente no muy ecológica, posee habitualmente una mezcla formada a base de turba. Es el que más encontramos en las tiendas de jardinería y gardens. Posee muy baja aireación y media retención de agua, el aporte de nutrientes es bajo, por lo que se recomienda abonar antes del cultivo (en caso de hortalizas, ya que poseen mayores necesidades nutritivas que las flores).
-Fibra de coco: Es mi preferida ya que se fabrica con los restos del coco. Posee bastante aireación y retención de agua. Posee un peso muy bajo y aporta pocos nutrientes, por lo que siempre mezclaremos con estiércol, compost o vermicompost.
-Turba: Proveniente de canteras en regiones frías, es un producto poco ecológico (por ser explotado como una mina), y es uno de los más utilizados. Posee gran capacidad de retención de agua y nutrientes, además de buena aireación, pero posee un pH excesivamente ácido y por sí aporta pocos nutrientes.
-Compost: Es el resultado del proceso de descomposición de la materia orgánica a inorgánica llevado a cabo por microorganismos aerobios (en presencia de aire). Posee correcta aireación y retención de agua. Su almacenaje de nutrientes es medio y su capacidad de aporte de estos muy elevada. Sus propiedades son bastante variables dependiendo de los elementos con los que lo hemos formado.
Como veis, estos son los sustratos más típicos, aunque hay muchos otros y variados, cada uno con sus características, aunque normalmente no se recomienda emplear un sólo sustrato, sino la mezcla de ellos, o con abonos orgánicos. Las características aquí dadas son orientativas ya que la composición de los elementos y sus propiedades puede variar dependiendo el fabricante y los materiales con los que se hubiera elaborado el producto final.
En fin, como podéis observar hay bastante diferencia de un sustrato a otro, y espero que a la hora de elegir intentéis escoger el mejor para vuestras plantas y para el medio ambiente y así tener un huerto en la ciudad ecológico y sostenible.
 
 
¿Qué es el pH?El ph es una característica muy importante que tienen todas las tierras, los sustratos para macetas, jardineras, etc. y las aguas de riego.La definición, si no tienes conocimientos de química, no te dirá nada.El pH se expresa con un número y puede estar comprendido entre 1 y 14, pero en el 99% de los casos estará entre 3 y 9.
  • Suelo ÁCIDO tiene un pH menor de 7.
  • Suelo NEUTRO tiene un pH igual a 7.
  • Suelo BÁSICO o ALCALINO: pH mayor de 7.
Por tanto, si decimos: “Este suelo tiene un pH 6”; significa que es ácido. O: “Este suelo tiene un pH 8,2”; significa que es básico o alcalino. El pH neutro, aunque se indique el 7 como valor teórico, normalmente se considera neutro si está entre 6,5 y 7.
El mejor pH para la mayoría de las plantas oscila entre 6,5 y 7, es decir, neutro. Algunas, llamadas acidófilas, lo prefieren inferior a 6, y otras (calcícolas), son felices con un pH superior a 7.
¿Cómo se determina el pH?
He mencionado antes tres pH’s:
  • El pH del suelo
  • El pH del sustrato (los usados para macetas, jardineras, etc.)
  • El pH del agua de riego
La determinación en el caso de una tierra o sustrato se puede hacer de las siguientes formas (para aguas, lo tienes un poco más abajo):
1.Puedes llevar a analizar la tierra a un laboratorio de suelos. Es lo mejor, pero no se suele hacer a nivel de jardín particular.
2. Usar unos kits económicos que traen unos reactivos para echar a una muestra de tierra y comparando color averiguar el pH. El pH puede ser ácido, neutro o alcalino. Si es alcalino, lo más probable es que contenga mucha cal (suelo calizo).
3. Coger un poco de tierra, echarla en un vaso con agua destilada, remover bien y al cabo de un rato introducir en el líquido una tira de papel o de cartón indicadora de pH (venta en farmacias, por ej.). Según el color que tome tendrás si es ácido, neutro o alcalino.
4. Verter vinagre, ‘Sulfatán’ (producto de limpieza) o ácido clorhídrico diluido sobre una muestra de tierra. Esto ofrece una estimación aceptable por la reacción que produce:
  • Si la efervescencia que se produce es fuerte, se dice que el pH es mayor de 7,5 y el suelo es alcalino o calizo.
  • Si la efervescencia es pequeña (algunas burbujitas), el pH rondará 7.
  • Si no produce efervescencia (no salen burbujitas) es un suelo de pH neutro (pH 6,5-7) o ácido (pH menor de 6,5).
Para saber el pH del agua de riego puedes:
– Llevar una muestra a un laboratorio que analicen aguas.
– Usar papel de tornasol.
– Emplear unos instrumentos llamados ph-metros, aunque hay que tenerlos bien calibrados para que sean fiables.
¿Para qué es interesante saber el pH de un suelo, sustrato o agua de riego?
El pH influye en el suelo o sustrato en varios aspectos, pero el más significativo y el que vamos a estudiar aquí es en la disponibilidad de nutrientes. Es decir, la influencia del pH en la mayor o menor cantidad de nutrientes (Fósforo, Potasio, Hierro, Cobre, Boro… hasta 13) que hay en un suelo para que lo puedan tomar las raíces de las plantas.
Por ejemplo, en un suelo puede haber mucho Fósforo, pero si no está soluble, a la planta no le sirve para nada ya que no lo puede tomar. Pues el pH influye en la solubilidad del Fósforo y de los demás minerales y, siguiendo con el ejemplo, en suelos alcalinos, hay una gran parte de Fósforo insolubilizado y en estos suelos existe mayor riesgo de carencias de este elemento que uno que sea ácido o neutro.
Repito: los pH’s extremos pueden (no necesariamente) provocar la escasez de unos u otros nutrientes y las plantas lo acusarán amarilleando las hojas, floreciendo menos, dando menos frutos, disminuyendo el crecimiento, etc., etc.. El problema se agrava si son pH’s más fuertes, tanto muy ácidos (pH=5 o menor) como muy alcalinos (pH=8 o mayor).
Veamos cada una de las tres situaciones:
a) Suelo ácido (pH<7)
b) Suelo neutro (pH=7)
c) Suelo alcalino (ph>7)
a) Si tu suelo es ácido (pH<7)
En España, Galicia o Extremadura, por ejemplo, son regiones que por su naturaleza geológica abundan los suelos ácidos. Estos suelos son ideales para plantas acidófilas como Azalea, Rododendro, Hortensia, Camelia, Brezo, Gardenia, etc..
Un terreno ácido tiene el problema de que pueden escasear los siguientes nutrientes:
  • Fósforo
  • Calcio
  • Magnesio
  • Molibdeno
  • Boro
Saber determinar si las plantas están sufriendo carencias de alguno de estos elementos no es nada fácil, hay que conocer la sintomatología específica, pero partiendo de que el suelo es ácido, será una pista importante y, en su caso habría que:
  1. Aportar los nutrientes que están faltando mediante fertilizantes.
  2. Además, subir el pH adicionando caliza molida.
Por el contrario, en los suelos ácidos abunda el Hierro, el Manganeso, el Zinc y el Aluminio, e incluso pueden producir toxicidad por exceso.
Si fuera muy ácido, es decir, con un pH<5,5, SÓLO se podrían plantar acidófilas, y sería más que conveniente subir ese valor de pH si no queremos limitarnos a un puñado de especies, las acidófilas. Se sube incorporando caliza molida, lo que se llama hacer un ‘encalado’.
b) Si tu suelo es neutro (pH=7)
Irán bien la mayoría de especies de plantas. Las acifófilas si bajas algo el pH estarán mucho mejor.
En cuanto a los nutrientes, hay una óptima disponibilidad de todos los que las plantas necesitan normalmente, sin descartar alguna carencia puntual independiente del pH.
c) Si tu suelo es básico o alcalino (pH>7)
Aquí suele haber bastantes problemas por ser una situación muy frecuente.
Las acidófilas mencionadas anteriormente no irán bien casi con seguridad; las hojas amarillearán y darán pocas flores. Esto se debe a que en los suelos alcalinos escasean varios elementos solubles esenciales para todo vegetal:
  • Hierro
  • Manganeso
  • Zinc
  • Cobre
  • Boro
Pero no sólo las acidófilas (Hortensia, Brezo, Gardenia, etc.) pueden acusar estas carencias de Hierro, Manganeso y otros, sino muchísimas plantas más. Por ejemplo, un Naranjo, un Limonero, un Hibisco, un Rosal, etc., etc.
Los síntomas de carencias de nutrientes en plantas son variados y como decía antes con los suelos ácidos, no es fácil saber exáctamente de qué elemento o elementos concretos se trata. El Hierro, por ejemplo, se suele manifestar inicialmente con un amarilleo de la hoja permaneciendo los nervios verdes. Más adelante la hoja se vuelve completamente amarilla. Se aprecia en las hojas jóvenes, no en las viejas, al menos en una primera fase, en clorosis avanzadas quedan amarillas todas las hojas, las nuevas y las viejas.
Por tanto, si las hojas de tus árboles y arbustos amarillean, una de las posibles causas es por carencia de Hierro y/o de otros microelementos (Manganeso, Zinc, Cobre y Boro) provocada por estar plantados en suelo alcalino (ph<7) que los insolubiliza (no absorbible por las raíces). Es una posibilidad, hay que estudiar bien si es carencia de micronutrientes o es otra la razón, por ejemplo, un exceso de riego.

¿Qué hacer si se produce esta situación?
Bueno, en primer lugar se podría haber evitado de conocer el pH antes de elegir las especies a plantar, y descartar las que no fueran adecuadas. Por ejemplo, si te gusta mucho un Rododendro y tu suelo tiene un pH=8, olvídate de plantarlo en esa tierra alcalina y hazlo mejor en un buen macetón con sustrato ácido. No obstante, hay personas que quieren, a pesar de todo, cultivar determinadas plantas aunque su suelo natural no sea apto para ellas. En este caso tendrán que hacer lo que sigue más abajo.
El problema común es que una vez se manifiestan los síntomas (a veces varios años, por ejemplo, en árboles frutales), y como no se va a arrancar la plantación, hay que buscar un remedio que consiste en estas 3 acciones:
  1. Aportar fertilizantes que contengan los nutrientes que escaseen: Hierro, Zinc, Potasio, Manganeso, etc..
  2. Bajar el pH del suelo.
  3. Bajar el pH del agua de riego, si es que estás regando también con una que es alcalina (contiene mucha cal).
 
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 OTRO FACTOR PARA TUS PLANTAS
                    Qué es compost? El compost es un abono natural creado a partir de la acción de bacterias, hongos y gusanos sobre los residuos orgánicos o biológicos de tu hogar (restos de comida, plantas secas, etc). Tiene una triple función: servir como abono para mejorar las propiedades del terreno de nuestro jardín, sirve de alimento para las plantas y, a la vez, reciclamos los residuos de la casa usándolos para el compost. El beneficio del compost está científicamente probado y, a diferencia de la simple fertilización mineral, el compost ayuda a conservar y mejorar la fertilidad de la tierra. El compost es una solución estratégica ambiental para contrarrestar la problemática de la disposición de los residuos sólidos orgánicos domésticos que se plantea en las grandes concentraciones urbanas.
¿Cómo hacer compost si vives en un espacio reducido?
Para hacer compost necesitaremos:
Materia verde o húmedo :
Aporta el nitrógeno como: hojas frescas que estén sanas, grama, las sobras de la cocina (cáscaras y piel de vegetales, frutas, verduras y legumbres sin cocinar, cascara de huevo, posos del café, bolsas usadas de té)
Materia marrón o seco :
Aporta el carbono como: hojarasca y ramas secas, paja, virutas de madera,cartón o papel que no contenga tinta, servilletas, los tubos del papel higiénico.
Humedad: Es importante que tenga la suficiente humedad, que no encharcamiento sino se pudre y si huele mal, en caso de suceder tiene remedio, agregamos más material marrón para que absorba el exceso de humedad. Una pila de compost efectiva debe tener una humedad entre el 40 y el 60%. Ese grado de humedad es suficiente para que exista vida en la pila de compost y las bacterias puedan realizar su función. La proporción es de 3 partes marrón por una parte verde.
OJO: Nunca arrojes en el compost restos de lácteos, yemas de huevo, carnes y pescado (producen olores y atraen roedores), plantas enfermas, grasa, defecaciones de animales y carbón.


¿Dónde hacer el compost?
Puedes comprar un compostero comercial o puedes hacerte tu propio compostero usando un envase de plástico con tapa al cual le abrirás muchos orificios pequeños en la tapa y orificios en el fondo y los laterales del envase para aireación y drenaje. Cubre los orificios con malla metálica bien tupida para evitar que entren animales que no queremos en nuestro compost. También puedes hacerlo en una gran maceta y disimular tu compost colocando hojas secas en la superficie y mezclando esta maceta con el resto de tus plantas.
Pasos a seguir
Se hace una especie de lasaña alternando las capas de material marrón y verde y colocando una capa de tierra de 3cm aproximadamente entre cada una de ellas para aportar los microorganismos necesarios para la descomposición
– cubre el fondo del contenedor o la maceta con parte del material marrón o seco
– 3 cm de tierra.
– hojas verdes y desperdicios,
– 3cm de tierra ,
– material marrón o seco,
– 3cm de tierra
– por último hojarascas
 Qué es el Compost y Cómo Hacerlo
Una vez por semana, remueve todos los ingredientes de tu compost.
Integra todos los elementos y agrega pequeñas porciones de agua para mantenerlos húmedos esto hará que la descomposición sea efectiva y rápida.
Lo más importante en un buen compost no es su tamaño sino que esté bien equilibrado.
La humedad o sequedad, es fundamental para tener un buen compost.
Si está seco, lo verás porque reconocerás los restos de comida sin descomponerse.
Si está húmedo despedirá un mal olor si lo tienes a la intemperie, ponle una tela vieja para cubrirlo de la lluvia.
Cuando ya no distingas lo que hay por su estado de descomposición, úsalo como abono.
Coloca diariamente todos los residuos orgánicos que generas. (Cáscaras de frutas, partes no comestibles de las verduras, servilletas de papel, entre otros) Recuerda luego cubrirlos con una capa fina de tierra.
* Si aparecen hormigas en tu compost, quiere decir que está muy seco. Hay que agregarle agua.
* Para evitar moscas, mosquitos y gusanos, entierra bien los restos de comida frescos.
Datos importantes para tener siempre en cuenta:
Nitrogeno ( N): es esencial para hacer crecer la planta y suele ser el que queremos que predomine en las plantas solo verdes, pues no necesitamos que active ninguna floración.
Fosforo (P): Favorece el crecimiento de las raíces y por lo tanto también influye en la producción de flores y al crecimiento general de la planta.Si las raíces crecen y crecen bien, la planta crecerá bien y sus flores aparecerán cuando deban aparecer.
Potasio (K): Influye en la floración y sobretodo en el color de las flores.
Magnesio (Mg): Es indispensable para la formación de clorofila.  Va bien echarle en esos casos en que  tenemos una clara Clorosis ( amarilleo de la hoja )
En base a este conocimiento podemos crear nuestra propia formula de fertilizante segun el tipo de planta que queremos abonar. Por ejemplo podemos incluir ceniza de leña ya que éstas aportan potasio que favorece la floración .Debemos ser moderados en su uso pues el exceso de Potasio bloquea la absorción del magnesio en los vegetales. También tener en cuenta que según la cantidad que usemos podemos modificar el pH del suelo.

Información adicional y Complementaria
El compostaje más rápido tiene lugar cuando hay una relación (en seco) carbono-nitrógeno de entre 25/1 y 30/1, es decir, que haya entre 25 y 30 veces más carbono que nitrógeno. Por ello muchas veces se mezclan distintos componentes de distintas proporciones C/N.
Los recortes de césped tienen una proporción 19/1 y las hojas secas de 55/1. Mezclando ambos a partes iguales se obtiene un materia prima óptima. También es necesaria la presencia de celulosa (fuente de carbono) que las bacterias transforman en azúcares y energía, así como las proteínas (fuente de nitrógeno) que permiten el desarrollo de las bacterias.
Los restos de comida grasienta, carnes, lácteos y huevos no deben usarse para compostar porque tienden a atraer insectos y otros animales indeseados. La cáscara de huevo, sin embargo, es una buena fuente de nutrientes inorgánicos (sobre todo carbonato cálcico) para el suelo a pesar de que si no está previamente cocida tarda más de un año en descomponerse.
La temperatura ideal está alrededor de los 60ºC. Así la mayoría de patógenos y semillas indeseadas mueren a la par que se genera un ambiente ideal para las bacterias termofílicas, que son los agentes más rápidos de la descomposición. De hecho, el centro de la pila debería estar caliente (tanto como para llegar a quemar al tocarlo con la mano). Si esto no sucede, puede estar pasando alguna de las siguientes cosas: Hay demasiada humedad en la pila por lo que se reduce la cantidad de oxígeno disponible para las bacterias. La pila está muy seca y las bacterias no disponen de la humedad necesaria para vivir y reproducirse. No hay suficientes proteínas (material rico en nitrógeno) La solución suele pasar por la adición de material o el volteo de la pila para que se airee.

La permacultura es una respuesta clara y positiva ante el difícil escenario de la crisis ambiental y el descenso en la disponibilidad de recursos. Una fusión de conocimiento científico y sabiduría tradicional, que aspira al establecimiento de una cultura capaz de promover la vida en el planeta sin agotar sus recursos y multiplicando sus posibilidades.
Al enfrentarse con la avalancha de información sobre lo malo de la situación ambiental, muchas veces ocurre que se presentan tres maneras habituales de reaccionar de las personas: pasar de largo, con la esperanza de que se solucionará; reconocer los problemas y deprimirse, o pasar a la acción práctica, que es donde se sitúa la Permacultura.
La Permacultura empieza con una ética – cuidado del planeta; tiene unos principios basados en las leyes de la naturaleza; tiene un enfoque positivo orientado hacia las soluciones y puede ser llevada a la práctica por cada uno de nosotros en nuestras vidas cotidianas.
La permacultura crea ambientes humanos ecológicamente respetuosos, económicamente viables y energéticamente eficientes. Se basa para ello en un sistema de diseño. En el actual contexto crítico, se presenta como una estructura conceptual y un sistema de pensamiento creativo, -más que una técnica específica- capaz de integrar en formas recíprocamente benéficas, la vivienda, la producción de alimentos, el manejo de animales domésticos y el uso de los árboles.
En este sentido la Permacultura genera -como dice su fundador David Holmgren- “proyectos conscientemente diseñados que imitan los patrones naturales y las interrelaciones existentes en la naturaleza, los cuales redundan en una abundancia de alimentos, fibra y energía para abastecer las necesidades propias de las personas y su hábitat”.
Vivimos en un planeta en crisis; a menudo las personas se sienten incapaces de hacer el cambio. La Permacultura ofrece soluciones positivas usando la ecología como base para estudiar, diseñar y realizar sistemas perdurables, funcionales e integrados que sustenten los asentamientos humanos y los ecosistemas naturales.
 
La Permacultura cubre la producción de alimentos, la construcción natural, la tecnología apropiada, el desarrollo comunitario y los sistemas legales y financieros para alcanzar el objetivo de una cultura para la permanencia.

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FUENTE
 
 http://www.ecoagricultor.com/5-diferencias-entre-cultivar-en-el-suelo-o-en-macetas/

RADIACION Y LOS GERMINADOS

La fotosíntesis
Los vegetales absorben nutrientes y agua a través de las raíces. Estos elementos se transportan a las partes verdes de la planta, las hojas, en las cuales se añade el CO2 (anhídrido carbónico) y se fabrica materia orgánica.
Este proceso de fabricación de materia orgánica es conocido como la fotosíntesis: AGUA+CO2=MATERIA ORGÁNICA+OXÍGENO
Para realizar esta reacción se necesita energía que la planta utiliza de la luz del sol. De aquí el nombre de fotosíntesis (foto, del griego phos, que significa luz).
Durante el proceso de fotosíntesis se produce oxígeno que la planta libera a la atmósfera.
La fotosíntesis se realiza en las partes verdes de la planta

La energía del sol
El sol emite radiaciones electromagnéticas de diferente energía y longitud de onda, desde los rayos X y los Ultraviolados (UVA) hasta las ondas infrarrojas y las ondas de radio, pasando por la luz visible.
Algunas radiaciones, como los rayos UVA, tienen mucha energía y son nocivos para los seres vivos. La capa de ozono de la atmósfera evita que estas radiaciones lleguen a la Tierra.
De toda la energía radiante del sol, la planta solo aprovecha la luz visible (radiación lumínica o luz), del rojo al violeta. Solo el 40% de la radiación solar es aprovechable por las plantas.
La planta contiene diferentes pigmentos que absorben la luz. El más común es la clorofila. La clorofila es de color verde porque la absorción de luz verde es menos intensa y, por tanto, nuestros ojos perciben la radiación verde reflejada por las hojas.
Pero no toda la energía de la luz es aprovechada por la planta. En general, solo del orden de un 18% puede ser aprovechada para realizar fotosíntesis. Se trata, desde este punto de vista, de un proceso poco eficiente.
Solo la radiación luminia es útil para realizar la fotosíntesis

La luz y las estaciones del año
La radiación del sol que llega a nuestro huerto varía según la época del año por dos razones: la duración del día y la altura del sol.
El solsticio de verano, el 21 de Junio, es el momento en que la duración del día es mayor, unas 15 horas a 40º de latitud. A partir de entonces las horas de sol van disminuyendo hasta llegar al solsticio de invierno, el 21 de Diciembre, en el cual la duración del día es de unas 9 horas.
Entre estos dos solsticios están los equinoccios de otoño y de primavera, en los cuales la duración de día y de la noche son iguales (12h).
Otro factor es la altura del sol. En verano el sol tiene una trayectoria más alta en el cielo y la radiación solar incide con mayor intensidad, tal como se aprecia en el dibujo.
Las diferencias de duración del día entre las diferentes estaciones son menores en los países tropicales y mayores en los países fríos.
La intensidad de la luz es mayor en verano que en invierno

Plantas de sol y de sombra
Existen plantas adaptadas a vivir en ambientes de poca luz. Son las plantas de sombra. Estos vegetales a menudo tienen hojas grandes y delgadas, con más pigmentos (color verde intenso) para aprovechar al máximo la poca luz del ambiente. Una planta de sombra se adapta mal al exceso de luz pues le produce daños en las hojas (solarización) y puede llegar a producir necrosis.
Las plantas de sol están adaptadas a crecer a pleno sol sin sufrir daños. Si crece en un ambiente sombrío se adapta transformando sus hojas más grandes y verdes pero su crecimiento siempre será menor que en un ambiente soleado. Este menor crecimiento se traduce en la falta de frutos o en un ciclo más corto.
La mayoría de hortalizas son plantas de sol y no se adaptan bien a la sombra. Por ejemplo, la lechuga, si crece a la sombra, es más pequeña y espiga prematuramente. El tomate y el calabacín hacen muchas hojas grandes y verdes pero no dan fruto.
Hay pocas hortalizas que puedan adaptarse a la sombra, por ejemplo, la fresa y la borraja.
Existe un tipo de planta, de origen tropical, conocidas como plantas C4, que están adaptadas a condiciones de elevada temperatura e insolación. Dentro de las hortalizas encontramos al maíz, que es una planta de verano, con una capacidad de crecimiento muy elevada si tiene temperaturas elevadas. El maíz es una planta C4, que requiere elevada insolación y temperatura para crecer.

La luz en mi huerto
En conclusión podemos decir que el huerto necesita luz, pues es la fuente de energía que utilizan los vegetales para crecer. Cuanto más luz tengamos, más posibilidades de producción.
Debemos utilizar el espacio de balcón o terraza que reciba más horas de luz, con orientación al Sur si es posible. Los contenedores de cultivo deben estar bien orientados al sol y no hacerse sombra entre ellos.
Es difícil determinar si un balcón tiene suficiente luz para producir hortalizas. La mejor solución para contestar a esta pregunta es hacer la prueba de cultivar en un contenedor pequeño antes de intentar instalar una mesa de cultivo grande.
Nuestra experiencia nos dice que el huerto con poco sol es un huerto con poco rendimiento. Aún así conocemos huertos que tienen 6 horas de luz directa en el solsticio de verano y funcionan muy bien. Las paredes de color blanco reflejan la luz y pueden ser una pequeña ayuda para los balcones o terrazas sombríos.

La orientación en mi huerto
Huerto urbano orientado hacia el norte o el este
Si el balcón está orientado hacia el norte o el este, será una zona fresca ya que dispondrá de pocas horas de sol durante el día.
Si bien esta orientación es muy buena para estar frescos en verano, no lo es tanto para cultivar hortalizas, en especial las de fruto. En cambio, es muy buena para cultivar Acelgas (las reinas de la sombra), las Espinacas, las Lechugas, el Perejil… e incluso los Rábanos y Rabanitos que son muy sensibles al calor veraniego.
Huerto urbano orientado hacia el sur
Son los balcones y terrazas más soleadas y calurosas. Por lo tanto son ideales para el cultivo de hortalizas de fruto como el Tomate, la Berenjena, el Calabacín, los Pimientos, los Pepinos… sin olvidar que también podemos cultivar las de hoja y raíz pero con protecciones.
Estas zonas más soleadas necesitan de riegos más frecuentes por lo que debemos ajustar nuestros programadores de riego si disponemos de ellos.
Huerto urbano orientado hacia el oeste
Es la orientación del huerto urbano por excelencia. Con ella podemos cultivar prácticamente la totalidad de hortalizas, en especial las de raíz como por ejemplo las Zanahorias, la Remolacha, los Rábanos y Rabanitos, etc.
Además es necesario realizar cuidados de mantenimiento en el huerto en macetas para conservarlo en el mejor estado posible.

Luz artificial
A menudo los aspirantes a horticultores urbanos se plantean la utilización de luz artificial para solventar el problema del balcón excesivamente sombrío.
Esta posibilidad es factible pero, desde el punto de vista ecológico, insostenible. Como ya se ha comentado, el aprovechamiento de la energía de la luz por parte de la planta no supera el 18%. Además debemos sumar los costes de producción y ecológicos de la energía eléctrica, a menudo producida a partir de combustibles fósiles, con rendimientos que no sobrepasan el 50% y con emisiones contaminantes.
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DE LA RED PARA LA RED EDUCATIVA

  


http://www.ecoagricultor.com/la-importancia-de-la-luz-para-las-plantas-del-huerto/

VER: LA LUZ

http://www.aulastecnopole.com/trabajos/Memoria_QUEILA-MARTIN.pdf

http://ocw.upm.es/ingenieria-agroforestal/climatologia-aplicada-a-la-ingenieria-y-medioambiente/contenidos/tema-3/EFECTO-DE-LA-RADIACION-SOBRE-LAS-PLANTAS.pdf

¿que es la geografia?

NATURA JC  ver:  http://recursostic.educacion.es/secundaria/edad/3esohistoria/quincena1/textos/quincena1.pdf ARTÍCULO  SOBRE LA GEOGRAFIA  h...